El papiloma nasal invertido es una tumoración poco frecuente de las fosas nasales y de los senos paranasales.
Su diagnóstico se hace básicamente por anatomía patológica y lo más importante de su tratamiento es la agresividad requerida para su excéresis.
Se caracteriza por recidivas frecuentes ante resecciones incompletas. Se describen casos de degeneración maligna después de varias recurrencias, asociada en estos al Human Papiloma Virus (HPV), pre-existente en el tumor.
Es más común entre la quinta y séptima décadas de la vida, y predomina en el sexo masculino en una proporción de 3 a 1.
Su etiología es incierta, se considera como una neoplasia epitelial verdadera. Y aunque la inflamación crónica, la alergia, infección viral y el compromiso carcinogénico han sido citados como posibles factores etiológicos de esta enfermedad, benignos o maligna, ni ninguna teoría puede explicar acabadamente su origen.
Su sitio de origen más frecuente es en la pared lateral nasal, en el área del meato medio, con compromiso secundario de celdas etmoidales y seno maxilar en un 30 ó 40 %, tabique nasal en el 20 %, y seno frontal y esfenoidal en menos del 10 %.
El síntoma más frecuente es la obstrucción nasal unilateral asociada frecuentemente a rinorrea, en ocasiones con epistaxis, dolor facial, sinusitis y otitis media secretora, secundaria por obstrucción. La órbita es comprometida por presión sobre la pared etmoido-orbital y el ojo es desplazado lateralmente y hacia fuera.
El tratamiento del papiloma invertido es quirúrgico. La escisión completa del tumor para minimizar la posibilidad de recurrencia, preservando la función nasal y evitando cualquier mutilación es la meta del tratamiento. Todo esto se logra en la actualidad por vía endonasal endoscópica.
Los detalles serán discutidos con su cirujano en la consulta médica, el tratamiento médico quirúrgico, su pronóstico y complicaciones.